Un viernes de noviembre como cualquier otro me cité con Picasso y sus amigos.
Una Reina me acogió en su regazo y como abrazo me regaló su cultura.
No había cansancio que sirviera como excusa para detener a esos pies, que anhelaban el sabor de ese suelo, de esos edificios, de ese asfalto.
Hay lugares que siempre hacen conmigo lo que la cuerda al trompo. Los saboreo como al manjar más grandioso. Me deleito entre sus cabellos leyendo en cualquiera de sus plaza y escucho la música que hacen sus hojas al caer.
Con el frío entró la incertidumbre en mi mundo,
a la vez que se me enfriaron las manos prendieron los pensamientos. Como siempre... en rose...
https://www.youtube.com/watch?v=3Ba_WoSZXvw
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