Soy una persona de costumbres,
me gusta celebrar el final de un libro con una reflexión.
Tomarme mi tiempo, analizar.
Supone un momento importante, de introspección, casi me lo tomo como un acto de estado.
Me acabo de terminar el segundo libro de la saga Dos Amigas de Elena Ferrante,
Un mal nombre.
Creo que uno de los mejores libros que he leído.
Cada palabra del personaje me hace sentir como si estuviera ante un espejo,
cada sutil reflexión a la que Ferrante con una maestría digna de un mago me hace llegar.
Reconozco que tiendo a pensar que cada persona es una historia, sin embargo tras esta lectura
no lo tengo tan claro. No creo que sea fruto de la invención una historia tan... vivída.
Y es que hay tantas similitudes, he experimentado tan en primera persona retazos de ese relato...
https://www.youtube.com/watch?v=uHL1PX1vm1M
Este fin de semana he sentido ese re-equilibrio que tanto creo que hace la vida.
Y justo termina con el expurgo de los ácaros de mi salón, de mi cuerpo y de mi mente.
Parece que el corazón ha empezado a pensar con su cerebro, y repito con SU cerebro.
Atiende a otra lógica, la de no conformarse, la de querer sentir por mil.
Al igual que el cuerpo se habitúa al ejercicio, la parte sentimental se acostumbra a dejarse querer
y ya no le valen las migajas. Ahora quiere el todo.
https://www.youtube.com/watch?v=2a8G4mIscJw
Como broche de oro os dejo un poquito de Marwan.

 
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