martes, 11 de octubre de 2016

Leones






Casi como la luz de una estrella fugaz,
ese brillo de una lágrima en los ojos,
es la imagen de cuanto se puede querer a una luna.


Me quiero detener en esa lágrima,
que condensa y materializa un rugido que sale de las entrañas,
que es incontrolable porque no se puede contener ese amor
quieto en el alma.





En el mundo de los sentimientos
él es un león que
ama como nadie a su leona.
Con fiereza, con delicadeza, con auténtica pasión.


Siempre que me habla de ella me muestra,
me enseña su corazón, sobre su mano abierta,
me regala el placer de observar cuanto se puede querer a una persona.


Dan sentido sus palabras a todas las canciones románticas,
a todas las escenas de película,
a toda idealización, porque ella es su paraíso...





Se mezcla en él a la perfección, como en los fados,
la admiración y el cariño.
Nunca he visto a nadie querer de esa manera tan pura.

Él es esa brisa gallega, ese olor a mar que a ella le llena...




Como diría Marwan:
"mirar es una cosa, que ELLOS se miren es otro verbo diferente"




(Este te lo dedico a ti Q)