Por una vez voy a intentar dejar la manía tan mía de divagar, queriendo decir mucho sin decir nada.
(Aunque estoy segura que hay quien me entiende)
https://www.youtube.com/watch?v=9-i3YfmPf7g
Este fin de semana he bajado de nuevo la autovía del mediterráneo.
Estaba invitada a una boda, un poco a ciegas con el lío de mi nueva independencia, mi cambio de vida y mi progreso personal a todos los niveles, bajaba esa autovía sin ser consciente de lo que me esperaba.
No hay nada más bonito que llorar de emoción, dejar que las lágrimas del corazón resbalen sin parar, sentir unidos pasado presente y futuro. Ver a mi abuela llorar de alegría, siempre será una de mis emociones favoritas. Presenciar la reconciliación con una caja, con un carácter y que todo fluya.
Cuando todo el mundo pone de su parte las cosas salen bien, es una realidad. Ha sido uno de los momentos más románticos que he vivido nunca. Igual es por la cercanía familiar, o porque nací sentimental. En cualquier caso no hay fiesta más increíble que la del amor, en todas sus variedades y formas de manifestarse.
Como siempre que subo por esa autovía, vuelvo aturdida, perdida por mucho que el camino de vuelta sea recto. Pero segura de una cosa, la calidad de la familia que tengo.
